Historia

• «Provisiones Órdenes» Con tradición de negocio de barrio «Hace más de 49 años subí esta escalera por primera vez, tratando de comprar esta casa sin ningún peso en el bolsillo», comenta Oscar Órdenes (95) mientras muestra con orgullo lo que hoy se convirtió en el gran sustento económico de toda su familia. El Almacén Órdenes comenzó a funcionar en el año 1973 en la esquina de Bueras con Errázuriz, sólo unos años después de la llegada de la familia a Valdivia, porque el hijo mayor (Fernando Órdenes) de Oscar Órdenes eligió a la Universidad Austral de Chile como su casa de estudios superiores. Fue así como toda la familia hizo sus maletas y tomó rumbo al sur para acompañar a su primogénito a esta ciudad de la cual quedaron maravillados por su belleza. Ya instalado el jefe de familia, Oscar Órdenes, comenzó a trabajar en la fabricación de zapatos, oficio que realizó durante años en su antiguo hogar en San Bernardo. Su instinto comercial lo llevó a ver en los abarrotes un muy buen mercado. «En San Bernardo también tuve un almacén, entonces conocía el rubro. Una vez que me instalé en Valdivia y comencé a comprar la mercadería para mi casa empecé a ver que los valores de los productos eran muy altos, ahí me di cuenta que estaba perdiendo mi tiempo en fabricar zapatos si me podía ir mejor trabajando como comerciante», señala con la melancolía de recordar sus primeros tiempos en la ciudad. Fue así como comenzó el negocio, con toda la familia trabajando y algunos empleados levantaron un almacén que tenía los mejores precios de Valdivia. La clientela crecía día a día, porque la idea del propietario nunca fue hacerse rico lucrando con sus semejantes, por lo que mantenía un margen razonable de ganancias…pero no fue fácil. La lucha comenzó por la negación de la Municipalidad de Valdivia a otorgarle una nueva patente por tener el negocio en un sector residencial. Como personalmente había revisado los planos cuando consiguió la patente por su fábrica, sabía que el lugar estaba en un sector comercial, lo que lo alertó de inmediato de lo que se venía por delante, pero que no fue un impedimento para que trabajara sin autorización, hecho que le significó muchas sanciones. Pero sus ganas de surgir hicieron que este hombre no flaqueara ante las amenazas de sus opositores y después de muchos años de lucha, consiguió su ansiada patente. Desde entonces el Almacén Órdenes fue la alternativa para los clientes que buscaban la economía de su hogar. Pero no sólo Valdivia conocía su fama, la llegada del tren traía consigo una gran cantidad de personas que prefería el local. La gente de los sectores rurales era la más fiel compradora, venían una o dos veces al mes y aprovechaban el crédito mensual que el negocio ofrecía. Era el mejor momento del almacén, tanto así que compraron un nuevo local en la esquina diagonal al primero. En 1990, Picarte con Barros Arana se convirtió en su segunda casa, la que significó la generación de nuevos puestos de trabajo. Pero después de unos años su suerte cambió. El cierre de la Estación de Trenes se llevó la clientela y hubo una baja en las ventas, lo que se ha mantenido oscilando de manera leve hasta hoy. A pesar del descenso el negocio sigue adelante manteniendo su fiel clientela que lo acompaña desde sus inicios.